No somos tan modernitos. Por si lo pensabais. Que creemos que lo hemos inventado todo, que las cosas en color son mejores —y de ahora— y que antes todo era atraso. Pues no.
Un ejemplo: llevamos más de 800 años diciendo «guay». ¿Cómo te quedas? Por cierto, que «guay» tampoco es una marca generacional de los milenial —en español también se puede decir milénicos, pero suena a extraterrestre— que, efectiviwonder, en los 80 lo decíamos mogollón, alucina pepinillos. Nada menos que 800 años, flipa en colores.
«Guay» surge en el siglo XIII y aparece unos siglos después en el Quijote, aunque en realidad era una expresión de lamento y no de emoción ante algo que mola mazo —molar viene del caló, por cierto—. Los ochenteros le dimos el toque de añadirle a guay... del Paraguay.
Los primeros emoticonos 😊
En el siglo XVII un letrado eslovaco llamado Ján Ladislaides escribió los primeros emoticonos en un texto. Ana Cermeño en la revista Archiletras explica que a este buen señor se le ocurrió poner caritas sonrientes para dar su conformidad a unas cuentas. ¿Para qué enrollarse si la carita lo decía todo?
Suelo decirle a mis alumnos que en la vida, en la cocina y en los textos que escriben en mi asignatura menos es más.
Con esta frase de señor mayor trato de hacerles entender que echarle más hierbas al pollo lo único que va a conseguir es que terminemos comiendo hierba. De igual forma, atiborrar sus textos de palabrería, de chamulla sin sentido, aleja su mensaje del objetivo pretendido.
Y hablando de comer, la palabra «jamar» ya estaba en los diccionarios desde finales del siglo XIX. Primero como sinónimo de «llamar», pero muy pronto en Andalucía (y luego en toda España) ya se utilizó como sinónimo coloquial de «comer». Esta entrada de diccionario 👇🏻 es nada menos que de 1914.
Y hasta aquí la entrada de esta semana que, ya sabes, menos es más. Chao, pescao. Me piro, vampiro.
📽 Te recomiendo una serie
Nine perfect strangers (Amazon Prime)
Nueve personas se reúnen en un lujoso centro de retiro llamado Tranquillum House, dirigido por la enigmática Masha (Nicole Kidman). Cada uno de los invitados llega con sus propios problemas y traumas, buscando una transformación personal.
Reconozco que al principio me enganchó más que al final (de hecho, si la veis comprobaréis que consumís muy rápido los primeros episodios). Sin embargo, creo que a medida que avanza es una serie un poco “tramposa” con el espectador, pero sin duda te atrapa para ver un capítulo tras otro.
🈲 #palabrasquemolan
Salmodia
La salmodia es el canto o recitación de los salmos, especialmente en el contexto de los servicios religiosos. También se usa para hacer referencia a un canto monótono, sin gracia.
Y hasta aquí Escribir para no odiar. ¡Nos leemos el próximo sábado!
«El odio es la cólera de los débiles».