No me digas que «Proyecto Desamor» no te parece un título lo suficientemente atractivo como para leer (y compartir) este boletín. ¿Sabías que hay un Museo de las Relaciones Rotas?
El desamor está en el aire y grabado a fuego en el corazón.
Tras casi treinta y cinco años de profesión y una buena colección de divorcios tramitados puedo afirmar que las relaciones rotas sacan a la luz lo más oscuro (a veces tremendamente negro) del carácter de las personas, sin distinción de sexo, condición social o económica.
Los resentimientos, el “cobro de facturas” (algunas antiquísimas) y los reproches dejan cicatrices bastante visibles a ojos de cualquier profesional (o no) medianamente observador.
Es cierto que el paso del tiempo atenúa esas marcas, pero no desaparecen nunca porque, en mayor o menor medida, el desamor cambia a las personas.
El desamor está en el aire y grabado a fuego en el corazón.
Tras casi treinta y cinco años de profesión y una buena colección de divorcios tramitados puedo afirmar que las relaciones rotas sacan a la luz lo más oscuro (a veces tremendamente negro) del carácter de las personas, sin distinción de sexo, condición social o económica.
Los resentimientos, el “cobro de facturas” (algunas antiquísimas) y los reproches dejan cicatrices bastante visibles a ojos de cualquier profesional (o no) medianamente observador.
Es cierto que el paso del tiempo atenúa esas marcas, pero no desaparecen nunca porque, en mayor o menor medida, el desamor cambia a las personas.